Me pasaba todas las mañanas buscando trabajo, con la ayuda de un periódico. Después de pasar por una veintena de entrevistas, por fin conseguí un trabajo. Era una editorial de libros, me explicaron cómo funcionaba la empresa y en lo que consistía el trabajo. Todo me pareció muy sencillo y encima me daban la oportunidad de viajar y conocer lugares por toda España. Supuestamente podía llegar a ganar hasta 1.200 €. Necesitaba la autorización de mis padres, por ser menor de edad, no sé como lo conseguí, pero lo hice. En pocos días me trasladé con un grupo de vendedores a Huelva y ahí me di cuenta que no todo era tan bonito ni fácil. Me pasaba diariamente desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde llamando de puerta en puerta, oficinas, bancos, colegios, comisarias, convenciendo o más bien rogando para que me compraran algún libro o enciclopedia. Pero más decepcionante fue cuando llegó el día en el que me tenían que pagar, comenzaron a descontar de mis ventas, el alojamiento, comida y transporte, ese mes me pagaron 42€, entonces dejé automáticamente el trabajo.
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